El Reino de la Felicidad

El Reino de la Felicidad
El Reino de la Felicidad

El Reino de la Felicidad

El reino de la felicidad es el lugar donde reside nuestra propia felicidad. Es la fuente de donde emana la felicidad de cada ser humano.

Es el origen de donde proviene esa dicha interior que llamamos felicidad. El reino de la felicidad no es un lugar; es más bien un estado al que todos podemos llegar.

Lo mejor de todo es que existe un reino de la felicidad reservado para cada uno de nosotros.

Pero ¿cómo descubrir y llegar hasta el reino de la felicidad?

¿Qué es lo que tenemos que hacer para hallar el reino de la felicidad?

¿Será que si lo descubrimos y logramos llegar hasta allí, podremos finalmente encontrar la felicidad que tanto anhelamos?

¿Es el reino de la felicidad una utopía que sólo encuentran los santos, los místicos y los maestros religiosos?

¿Cómo podemos conquistar el reino de la felicidad… si es que existe?

Veamos si el reino de la felicidad existe y si definitivamente nos es posible encontrarlo para reconstruir nuestra vida en sus apacibles parajes.

El Reino de la Felicidad

No hallarás el reino de la felicidad en ningún lugar de este bello planeta.

Aunque la tierra está llena de majestuosos paraísos, y hay lugares hermosos que parecieran los mismos campos elíseos, allí no reside la felicidad.

No podrás encontrar la felicidad en Suiza ni en Dinamarca. Tampoco en el país más feliz del mundo.

Por lo menos no la felicidad auténtica. Aquella felicidad permanente que nunca nos abandona y nos acompaña en la adversidad y en la dicha.

Para conquistar el reino de la felicidad es necesario mirar hacia adentro. ¿Hacia adentro de qué o de quién?

Hacia nuestro interior. Necesitamos restablecer la conexión con nuestro propio ser.

Es preciso que cultivemos una relación sana con nosotros mismos si queremos alcanzar una felicidad permanente y duradera.

Ese tipo de felicidad que crece y se fortalece a medida que la practicamos y la convertimos en parte primordial de nuestra vida.

Necesitamos enfocar toda nuestra atención hacia nosotros mismos. Pero no de manera egoísta, sino con la actitud de quien observa, explora y aprende.

¿Y para qué tomarnos «la molestia» de mirar hacia adentro de nosotros mismos?

¿Por qué alejarnos de la realidad exterior para sumergirnos en nuestro mundo interior?

Sencillamente porque es justo en nuestro interior, en nuestra esencia, donde reside el reino de la felicidad.

La felicidad auténtica no se halla en el exterior; ella nace, se expande y se expresa a partir de nuestra capacidad de entablar una conversación con nosotros mismos.

Aunque nuestra felicidad está dentro de nosotros desde que nacemos, los sucesos y las circunstancias exteriores, van distrayendo nuestra atención, haciendo que nos olvidemos de ella.

A medida que crecemos y nos convertimos en adultos, olvidamos el propósito supremo para el que estamos aquí: ser felices.

La situación empeora cuando enfrentamos ocurrencias adversas y calamitosas que nos llevan a creer que la felicidad no existe. Y que si existe, no la merecemos.

Caemos en un círculo vicioso de auto crítica y señalamiento, que termina por sabotear lo que verdaderamente significa vivir.

A consecuencia de tanto sufrimiento, de tantas equivocaciones, de tantos «fracasos» y de tantas pérdidas, terminamos convenciéndonos de que la vida es amarga, cruel y difícil.

Cuando finalmente adoptamos una actitud como ésta y tocamos fondo, tenemos dos alternativas: seguir en ese estado de plena inconsciencia y seguir hundiéndonos más, o morir para renacer nuevamente hacia el estado original que le corresponde a nuestro ser.

No por nada expresó Goethe que mientras no sepas cómo morir y volver nuevamente a la vida, no serás más que un triste viajero en esta tierra sombría.

La anterior es una descripción de la realidad que enfrentan miles de personas.

No niego de ninguna manera las situaciones tan brutales por las que pasan muchas personas que nacen y crecen en condiciones de suma adversidad.

Estas personas por supuesto que enfrentan grandes obstáculos a su bienestar y a su comodidad. ¡Es innegable!

No obstante, me refiero aquellas personas que, en circunstancias normales y contando con sus mínimos vitales, viven un infierno en vida.

O mejor dicho, han convertido su vida en un infierno, pues ellas mismas han sido las responsables de la mayor parte de sus amarguras.

A consecuencia de desviar su atención de sí mismos, se enfocan en otras cosas y en otras personas donde definitivamente no reside la felicidad.

Al contrario, se centran en actividades que malgastan su tiempo, impidiéndoles concentrarse en lo realmente importante.

Para finalizar…

Definitivamente podrás encontrar el reino de la felicidad dentro de ti mismo.

No hay ningún otro lugar en donde puedas hallarlo. Si miras dentro de ti y restableces la relación contigo mismo, te convertirás en una persona más espiritual.

Ello también te permitirá llegar a la fuente de tu felicidad interior, para cultivar aquel tipo de felicidad que vale la pena practicar y sostener: la felicidad auténtica.

Debes fortalecer tu mente para poder expandir la conciencia que te permita entender que la felicidad debe ser una prioridad en tu vida.

De esta manera podrás mirar hacia tu interior para volverte a conectar con tu felicidad y experimentar una vida más plena.

¿Dónde crees que se encuentra la felicidad? ¿En qué parte crees que puedes hallarla?

¿Estás de acuerdo en que la verdadera felicidad se encuentra dentro de nosotros mismos o todavía crees que la puedes buscar en otra parte?

¿En dónde más, en qué otro lugar podríamos hallarla?

Por favor, cuéntame en los comentarios.

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