La felicidad es un asunto muy serio
Mi intención con este artículo no es darle a la felicidad una importancia distorsionada ni mucho menos exagerada.
Lo que pretendo con este breve escrito es que reflexionemos sobre la importancia justa que la felicidad tiene para los seres humanos.
También aspiro a despejar un poco la confusión que existe, entre la noción y entendimiento de la felicidad como risa, alegría y chanza, y la felicidad auténtica.
De ahí que mi afirmación de que la felicidad es un asunto muy serio, cobre el sentido suficiente como para justificar escribir unas cuantas palabras al respecto.
Tanto si eres lector de este blog, como si es la primera vez que pasas por acá, creo que te resultará muy lógico descubrir que soy un gran defensor de la felicidad.
Sin embargo, de manera lógica, objetiva e imparcial, -estemos o no de acuerdo- debemos reconocer que la felicidad es la última finalidad que todos anhelamos.
Cada ser humano está en búsqueda de la felicidad, sea consciente o no de ello.
Hay quienes la buscan en el cuadrante de la bondad, el bienestar y la compasión.
Otros muchos -desgraciadamente- la persiguen en la maldad, la codicia y el sufrimiento ajeno.
Y aunque parezca que los primeros son los únicos que andan detrás de ella, la verdad es que estos últimos extraviados, también lo hacen.
Ambas categorías de personas están buscando su propia felicidad a pesar de la brecha tan abismal que existe entre un grupo y otro.
Por lo tanto, bien sea por el camino correcto o por el lado equivocado, todo el mundo anhela la felicidad.
De hecho, quienes están extraviados buscándola por caminos que sólo traen sufrimiento a ellos mismos (y a los demás), la anhelan tanto que, en su afán por alcanzarla, ni siquiera se plantean lo que es realmente la felicidad.
Comienzan a subir la escalera, sin percatarse de que la están apoyando sobre el muro equivocado.
En vez de apoyarla sobre el muro de la felicidad, lo hacen sobre el de la desdicha y la infelicidad.
Y de esta manera comienzan un ascenso -a veces para colmo de males meteórico- que los lleva a subir afanosamente por el lado que no es.
Ascienden precipitadamente por caminos que sólo conducen a su propia destrucción y a la del prójimo.
Un sujeto, por ejemplo, que trafica con drogas, devenga dinero a cambio del sufrimiento ajeno y de la destrucción ambiental, por mencionar apenas un par de consecuencias.
En su estado de inconsciencia e inercia, estas personas adoptan definiciones miserables y harto limitadas, de lo que significa ser feliz.
Estos sujetos no se tomen siquiera el trabajo de sentarse por cinco minutos a pensar lo que es la felicidad.
Por diferentes factores, eligen inconscientemente aquello que -por circunstancias propias de su vida- detectan como más inmediato.
Suelen perseguir aquello que se presenta más próximo a su alcance.
No tienen por lo tanto idea de lo que realmente significa la felicidad, y mucho menos la auténtica felicidad.
Es difícil que se tomen el trabajo de pensar, estudiar y definir una noción de felicidad mucho más efectiva que les permita salir de este estado de inconsciencia y desdicha en el que se encuentran.
Si tan sólo fueran auténticamente felices, no desperdiciarían su vida de la forma que lo hacen.
No osarían profanar de tal manera ni la más mínima parte del gran regalo que la vida les dio: su existencia misma.
Invertirían su tiempo y sus recursos en hacer justamente lo contrario: causar bienestar y generar dicha en los demás seres.
Pues como bellamente sentenció la dulce Ana Frank: el que es feliz hará felices también a los demás.
Las personas felices saben que la felicidad es un bien tan valioso, que al experimentar ese estado tan exaltado de dicha serena, anhelan compartirlo con las demás personas.
Quieren que los demás también experimenten este grado profundo de bienestar y paz interior.
Este tipo de felicidad suprema, es la que inspira los principios y fundamentos de Seres Felices.
Es la que a cada momento fomentamos en los diferentes medios y recursos que proveemos a quienes consumen nuestros contenidos o participan en nuestros talleres.
Si deseas profundizar más sobre la felicidad auténtica, puedes darle una mirada a otras publicaciones de nuestro blog.
Especialmente te recomiendo que le des un vistazo a la siguiente entrada: Qué es la Felicidad Auténtica y cómo Alcanzarla.
Resulta pues que la felicidad es un asunto muy serio, porque dependiendo de lo que sea que pienses que signifique, eso es lo que perseguirás.
Si para ti la felicidad significa libertad, paz, calma y bondad, comenzarás a enfocar tu atención en todo lo que se relacione con tales conceptos.
Si por el contrario, tu significado de felicidad es dinero (sin sentido), poder, dominación y supremacía del más fuerte, terminarás convirtiéndote en un destructor que pasará por encima de los demás, sin ningún escrúpulo. Todo para conseguir aquello que ingenuamente piensas que es felicidad.
De ahí que sea tan delicado, no tomarse la molestia de tan siquiera reflexionar un poco sobre la felicidad.
Para hacer esto, no tienes que ser un filósofo ni tener un doctorado. Basta con dedicar un poco de tu atención, hacia un asunto tan prioritario como la felicidad humana.
Recuerda que si tú no haces el trabajo de encontrar el significado de tu propia felicidad, otras personas y otras influencias más poderosas, lo harán por ti.
No dejes que sean otras influencias las que definan tu felicidad.
Ponte en acción ahora mismo y dedícale un poco de tu valioso tiempo a esta importante tarea.
La Felicidad Es un Asunto muy Serio
Ahora bien, tú no tienes la culpa de tener una definición pobre o condicionada sobre la felicidad.
Sin embargo, sí eres responsable de hacer un alto en el camino para reflexionar sobre el por qué la felicidad es un asunto muy serio, y cambiar las ideas o nociones limitadas que tienes sobre la misma.
Si aún no estás convencido de que la felicidad es un asunto muy serio, permíteme recordarte que la felicidad no es solamente estar contento ni tampoco es un estado permanente de buen humor y carcajadas perpetuas.
La felicidad no consiste en convertirnos en payasos, bromistas ni cuenta chistes. Esta es otra de las definiciones muy pobres que a veces se tejen entorno a la esencia de la felicidad.
Definir la felicidad en términos de carcajadas y risas no está mal.
El problema es que esta es una definición problemática porque te llevará a creer que para ser feliz, debes reírte todo el día.
Es una noción que te puede hacer creer que mientras no te estés riendo, no eres feliz y, por tanto, algo malo sucede.
Y la verdad es que nada malo sucede; sentirse mal es normal mientras no se convierta en un malestar crónico.
Se puede seguir siendo plena y auténticamente feliz, aunque uno esté triste, enfadado o serio.
Por supuesto que la risa y el buen humor tienen unos efectos maravillosos sobre nuestro bienestar; la risa es una terapia excelente contra la depresión y el estrés.
No obstante, sigue siendo un estado pasajero y un estado de ánimo, más que un estado permanente de tu propio ser.
De ahí que resulte más inteligente construir una noción de felicidad a prueba de balas, indestructible.
Es decir, una felicidad casi invencible, que no se resienta ante los innumerables cambios, desafíos y vaivenes, que a todos -sin excepción- nos impone la vida.
Tal tipo de felicidad no se exalta en la alegría, pero tampoco se perturba en la adversidad.
Si deseas aprender a distinguir las diferentes manifestaciones y conceptos que giran entorno a la felicidad, te animo a consultar el glosario sobre la felicidad de Seres Felices.
Para finalizar…
Estimo que ahora reconoces muy bien y eres consciente de por qué la felicidad es un asunto muy serio.
¿Y qué es un asunto serio? Pues algo que realmente merece toda nuestra atención.
Una cuestión que reclama prioridad porque al resolverla y dedicarle tiempo, mejorará considerablemente nuestro entendimiento sobre la vida.
Dedicarle nuestra atención a la felicidad, nos permite tomar conciencia de todo aquello que hoy nos está impidiendo vivir nuestra mejor existencia.
Si de verdad queremos cultivar una vida plena, no debemos tomarnos a la felicidad a la ligera y, en cambio, hacer de ella una prioridad en nuestras vidas.
Una prioridad que, empero, no significa una obsesión ni una manía.
Además de todo, hay múltiples formas de entender la felicidad. Una de ellas, es la noción de felicidad como alegría, risa y buen humor.
Aunque esta definición hace parte del sistema de la felicidad, no es todo ni lo único que lo compone.
Una felicidad que sólo signifique risa, carcajadas y buen humor, supondría que todos los payasos y bromistas, alcanzarían fácilmente la dicha suprema.
Y nada más alejado de la realidad. De hecho, a veces muchas personas que por fuera lucen alegres y de muy buen humor, están destrozadas y llevan una gran amargura por dentro.
¿Qué importancia tiene para ti la felicidad en este momento de tu vida?
¿Estás de acuerdo en que la felicidad es un asunto muy serio?
¿Te parece que la felicidad sí debería ser una prioridad en la vida de cada persona?
Por favor, comparte tu opinión aquí abajo en los comentarios.
Nos leemos luego.