Existen cinco obstáculos que te impiden ser auténticamente feliz.
Se trata de cinco cosas que muchas veces ignoramos, y que de manera inconsciente sabotean nuestras intenciones de gozar de una vida más plena y tranquila.
Son cinco obstáculos que que nos alejan de la felicidad y nos mantienen en un estado de tensión, mal humor e indecisión.
Algunos son hábitos y rutinas, mientras que otros tienen que ver con la idea o la percepción que tenemos sobre determinadas cuestiones de la vida.
Particularmente sobre la noción de lo que significa ser feliz. De lo que significa tener bienestar y llevar una vida sin preocupaciones.
Veamos, por lo tanto, cuáles son esos cinco obstáculos que te impiden ser auténticamente feliz.
Cinco Obstáculos que te Impiden Ser Auténticamente Feliz
1. Tu filosofía de vida
Sobre este primer punto quiero ser enfático, pero también «respetuosamente crítico».
Como defensor y promotor de la filosofía, sería totalmente contrario a mis principios y creencias si hablara en contra de ella y no le diera el lugar que ésta se merece.
En mi experiencia muy personal he visto cómo muchas personas hacen una cara de repulsión y rechazo cuando les menciono la palabra «filosofía».
Los entiendo y no los juzgo, puesto que sé que la mayoría piensa en reflexiones profundas reservadas para eruditos y otros especímenes de amplia soberbia intelectual.
Quizás también recuerden con aburrimiento esas clases de filosofía que, de alguna manera, no les supieron impartir debidamente en sus escuelas y colegios.
A pesar de todo, la anterior es tan sólo una forma bastante miope de abordar todas las facultades que confiere la filosofía.
La filosofía es una herramienta que le permite pensar al hombre de manera consciente.
Es una forma de pensar, meditar y reflexionar sobre un tema que se nos presenta como prioritario.
No significa pensar a la ligera, pero tampoco exige hacer uso de sofisticados términos y razonamientos dialécticos.
De ahí que todos podamos pensar, pero pocos estén dispuestos a filosofar.
Son pocos los que se atreven a ir más allá, esforzándose para pensar conscientemente.
No es de extrañar que no todos queramos filosofar, pues fisiológicamente, nuestro cerebro demanda una gran cantidad de energía y esfuerzo.
Un esfuerzo que conforme avanzamos en su ejercicio, nos permite avanzar con mayor facilidad a medida que vamos adquiriendo destreza.
En este orden de ideas, tener una filosofía de vida implica poseer un tipo de pensamiento crítico y reflexivo, que nos ayude a pensar conscientemente.
Ahora bien, ¿qué es una filosofía de vida y cómo podemos entenderla para efectos de ser más felices?
Una filosofía de vida no es otra cosa que una idea o un esquema de vida que se rige sobre ciertos principios y creencias.
La mente humana es como el software de un ordenador. Sea cual sea el ordenador, debe tener un software que le permita ejecutar ciertas funciones y operar otros procesos.
Según sea tu software mental (tu filosofía), funcionará tu hardware (tu cuerpo y la forma en que respondes y actúas frente a las diferentes situaciones de la vida).
Si tu filosofía de vida te lleva a creer que nada es posible y que aquello que deseas es casi imposible de lograr, es altamente predecible que en tu vida no lograrás cumplir tus sueños (si es que tienes alguno).
Si por el contrario, el «software mental» que has instalado en tu cabeza te permite entender que sí es posible lograr lo que te propongas, terminarás consiguiéndolo.
Sabrás que con esfuerzo, disciplina y constancia, lograrás tus sueños, metas y objetivos.
La próxima vez que pienses despectivamente sobre la filosofía, piénsalo otra vez y ocúpate de crear un modo de vida, es decir, una filosofía, que te permita ser más feliz.
2. Tus hábitos
Los hábitos son las acciones diarias que forjan nuestro destino.
Según el tipo de hábitos que poseas, será la calidad de tu vida.
Los hábitos son cinco de los obstáculos que te impiden ser auténticamente feliz porque, te guste o no, la felicidad es una decisión que requiere acción.
No basta con decidir ser feliz, hay que actuar en conformidad con los principios de lo que ya varias veces hemos denominado la felicidad auténtica.
Es importante que analices si las acciones diarias que hoy configuran tu rutina, son las mejores directrices de una vida feliz y plena.
Si luego de revisar tus hábitos te das cuenta de que éstos no son los mejores para mejorar tu vida, bien te convendría hacer algo para reemplazarlos.
Y digo «reemplazar» porque los expertos en hábitos, como Charles Duhigg, han sido enfáticos en afirmar que un hábito no se elimina, sino que se reemplaza.
Lo importante, claro está, es reemplazar un hábito poco provechoso, por uno más enriquecedor.
Por ello, esfuérzate por reemplazar con mejores hábitos, aquellos que hoy no te reporten ningún beneficio o que incluso conlleven malestar e indecisión en tu vida.
Encuentra hábitos que te permitan avanzar y progresar hacia el logro de tus metas.
No se trata de abandonar las cosas que tanto te gustan, sino de observar cómo las puedes convertir en actividades menos nocivas y más disfrutables.
Recuerda que llamamos vicio a todo hábito que perjudique nuestra vida.
Por lo tanto, haz que tus hábitos no perjudiquen, sino que impulsen y optimicen tu forma de vida.
Podrías comenzar por examinar los Diez Hábitos Saludables de los Seres Felices y luego aprovecharte de los Diez Consejos Prácticos para Ser más Feliz.
Sea cual sea la fuente de información que elijas estudiar, asegúrate de reemplazar tus peores hábitos, por otros mucho mejores.
3. Tu entendimiento sobre los problemas
Me parece imperativo entender la diferencia entre una vida sin preocupaciones y una vida sin problemas.
Una vida sin preocupaciones se logra gracias a un entrenamiento disciplinado que nos lleva a ser conscientes de las situaciones que podemos controlar y las que no.
Por el contrario, una vida sin problemas, lejos de ser un anhelo para muchas personas, es una quimera. Una utopía que nos aleja de la realidad de lo que constituye la vida.
Y es que si de alguna forma podemos definir la vida, es como «una sucesión permanente de problemas».
Una colección de problemas cuya diferencia más importante radica justamente en la forma en la que percibimos y entendemos un problema.
Si para ti un problema es algo inaceptable de lo que deseas salir desesperadamente nada más éste recién aparece, entonces es muy probable que sufras mucho porque los problemas nunca terminan; son una constante en nuestra existencia.
Tu propia experiencia te debe haber enseñado que tan pronto resuelves o sales de un problema, a la vuelta de la esquina hay otro esperándote.
Por el contrario, si aceptas que un problema es simplemente un acontecimiento más que a cualquier ser humano se le puede presentar, y sabes manejarlo, entonces dicho «problema» no será más que un obstáculo que podrás sortear y que no te impedirá ser feliz.
Por lo tanto, es imperativo resignificar la palabra «problema».
Antes bien, podemos asociar un problema con un desafío o una oportunidad para avanzar y seguir mejorando.
4. Tu forma de relacionarte
La forma en que te relacionas es uno de los cinco obstáculos que te impiden ser auténticamente feliz porque las relaciones sociales son un elemento clave de la felicidad humana.
Sea que tengas preferencia por uno u otro partido político, por un deporte, una cultura o lo que sea, tendrás que relacionarte.
Por más tímido o introvertido que seas, no podrás aislarte por completo.
Siempre habrá un grupo o alguien con quien debas relacionarte. Con quien te identifiques y sientas afinidad.
Sea por voluntad propia o por obligación, deberás interactuar con otras personas.
Aunque sea en mayor o menor medida, es necesario que lo hagas.
La diferencia en lo que respecta a tu felicidad es que si te relacionas groseramente, con repulsión y desgano, es más probable que no seas feliz.
Si en cambio te relacionas de manera cordial, amable y respetuosa, no sólo te sentirás mejor, sino que podrías aprovechar para conectarte con otras personas con las que encuentres ciertas cosas en común.
No se trata de ir a buscar gente simplemente para tratar de hacer amigos. De lo que se trata es de mejorar las relaciones que hoy tienes con las personas que ya están en tu vida.
De mejorar la relación con tus amigos, familiares, colegas y conocidos. Y si en el proceso conoces nuevas personas, mantenerte abierto y ser amable.
Nunca se sabe dónde ni cuándo conoceremos personas especiales y afines a nuestra forma de ser y entender la vida.
Personas que, como expuse en el obstáculo uno de esta lista, tengan una filosofía de vida similar a la tuya, con las que, por qué no, podrías emprender nuevos y grandes proyectos de cualquier índole.
5. Tu área de influencia
Tu área de influencia se refiere a las cosas que verdaderamente puedes influenciar y las que no.
Se trata de todas aquellas cosas que tú puedes controlar, sin depender de nada ni de nadie.
Tu salud, por ejemplo, está dentro de tu área de influencia porque eres tú y sólo tú, quien puede decidir y actuar para mejorar tu salud.
De ti depende llevar una alimentación más saludable y hacer más ejercicio.
Por el contrario, modificar la salud de otra persona, aunque sean tus padres o tus hijos, es algo que no depende ti.
Aunque sean personas cercanas a ti, tengas un alto poder de convencimiento sobre ellos y les hables sobre los múltiples beneficios de llevar una vida sana, si ellos mismos no actúan, será difícil que su salud mejore.
De ahí que sea preponderante ser conscientes sobre aquellos aspectos que podemos controlar y los que se salen de nuestra área de influencia.
Ignorar nuestra área de influencia, es decir, aquellos aspectos que están bajo nuestro control y aquellos que no, suele ser una gran fuente de frustración e infelicidad.
Gran parte, sino una buena mayoría de las personas, deambulan en contravía de esta realidad.
Malgastan su energía y su tiempo tratando de controlar lo incontrolable y, peor aún, dejando en manos de otros, justamente aquello en lo que sí deberían controlar de manera equilibrada y responsable.
Pues controlar de manera excesiva aún aquello que esté dentro de nuestra área de influencia, se puede convertir en una obsesión y en otro obstáculo para nuestra felicidad.
Para finalizar…
Hay cinco obstáculos que te impiden ser auténticamente feliz, alejándote de vivir la vida que te mereces.
Hasta que no tomes conciencia de su influencia en tu vida, será difícil que te motives a hacer algo para disminuir el efecto perjudicial que ejercen sobre tu bienestar.
Entenderlos y comprender por qué son dañinos para nuestra felicidad, es primordial en nuestro proceso de llevar una vida más plena y tranquila.
Con todo, confío en que sacarás provecho de lo aprendido en esta publicación.
¿Conoces algún otro obstáculo que nos impida ser felices? ¿Agregarías algo más a esta lista de cinco obstáculos?
Por favor déjame tus comentarios y comparte tus opiniones.
Hasta una próxima entrega.