El Nacimiento de la Felicidad Parte V

El Nacimiento de la Felicidad Parte I
El Nacimiento de la Felicidad Parte I

Es una ley fundamental del progreso estar destinado a cometer errores cuando recién se inicia algo. Y el emprendimiento, o el arte de lograr lo que uno se propone, no es un campo que esté exento de dichos efectos.

Uno de ellos es acudir únicamente a tus amigos y conocidos más cercanos para que sean tus socios y te ayuden a sacar adelante tu idea de negocio. Como si fueran ellos la única opción que tenemos al momento de crear un equipo orientado hacia un mismo objetivo.

La verdad es que emprender una sociedad con nuestros mejores amigos puede ser igual de alentador o frustrante como hacerlo con cualquier desconocido. Saber escoger a nuestros socios es tan sólo una decisión que debemos aprender a tomar de manera objetiva y muy racional. 

Evidentemente, hay muchísimos más errores que invariablemente acompañan la carrera de cualquier emprendedor, pero ese es un tema -por demás bien interesante- del que quizás hablaremos en futuras publicaciones.

Si bien para aquel entonces faltaba todavía mucho tiempo para comenzar a esbozar las primeras nociones sobre SERES FELICES, sí me había dedicado con denuedo a pensar sobre el tipo de negocio que quería iniciar. 

Había llegado a la conclusión de que deseaba tener un negocio con ciertas características. Quería crear algo que me permitiera manejar mi tiempo, sin cumplir con estrictos horarios y trabajando desde cualquier lugar donde me encontrara.

Así, ignorando muchísimas cosas sobre lo que de verdad significa emprender, tenía, no obstante, gran certeza sobre dos cosas: anhelaba profundamente ser libre e independiente.

Si hay una base fundamental de la motivación humana es el sentido de autonomía. La sensación de que somos libres y podemos lograr lo que realmente anhelamos. 

Pienso que fueron realmente estos dos grandes anhelos los que me ayudaron a mantenerme a flote durante tantos años en los que me sentí completamente perdido. 

Hubo varios momentos en los que me sentí tan confundido, y tan apartado de la mayoría, que me llegué a considerar un desastre. Equivocadamente creía que por ser diferente y no querer someterme a las cosas que los demás parecían disfrutar, yo era un fracasado que debía alinearse con la mayoría para sentirme bien.

Cuando llegaba a esos callejones sin salida, me sumía en una profunda desesperación. Después de ello cogía fuerzas para seguir avanzando. En incontables ocasiones me detuve para buscar empleo.

Aunque trabajé en varias cosas, nunca lo hice en un mismo trabajo por más de seis meses consecutivos. Nunca me hallé ni me sentí pleno en ninguno de esos empleos. Para ser honesto, nunca he sentido que pertenezco a ninguna otra organización más que a la empresa de mi propia vida. 

Con el pasar de los meses, la constante presión de mis padres para que encontrara un empleo hicieron que la fantástica aventura por emprender, se convirtiera en un camino tortuoso e insoportable.

De verdad que quise desistir en más de una ocasión de mi intento por crear mi propio trabajo. Mis padres tenían razón por estar inquietos y hasta el día de hoy sigo pensando que era totalmente normal que estuvieran asustados.

Su entendimiento sobre el empleo y la economía son totalmente diferentes a los que se corresponden con el esquema laboral actual. Muchas personas siguen sin darse cuenta de la gran reconfiguración económico-laboral que ha acontecido. Es un fenómeno cuyo principal propulsor ha sido, sin duda, la tecnología y la globalización.

Con todo, los meses se convirtieron en años y yo seguía luchando inútilmente contra algo que ni siquiera me generaba ingresos. Recuerdo que todos los días se me ocurría cuando menos una nueva idea. Me animaba y de inmediato me lanzaba a redactar complejas estrategias empresariales.

Mi hiperactividad intelectual para crear nuevas propuestas, idear estrategias, redactar manuales y planes de negocio, era tan prolífica como mi incapacidad para llevarlas a la realidad.

Tal comportamiento me mantenía sumido en un vaivén emocional sin precedentes. Nunca antes había experimentado una vorágine de sensaciones tan turbulenta. Un día quería conquistar el mundo y al otro me sentía el ser más insignificante e impotente sobre la faz de la tierra. Renegaba contra mis ideas y me culpaba por supuestamente carecer de los talentos y las habilidades para triunfar.

Esta situación se alargó por mucho más tiempo del que creía posible soportar. Durante años sobreviví a esa inestabilidad emocional y soporté como pude todas las derrotas a las que me enfrenté durante mi trayectoria como emprendedor.

Dicen que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Así, después de muchos años de persistir e insistir en mi empeño por ser emprendedor y crear mi propio trabajo, decidí que no podía seguir así.

O moría en el intento de concretar un negocio que me garantizara ingresos reales o me deshacía del todo de mi idea de ser emprendedor. Debía elegir entre cualquiera de las dos, pero definitivamente sentía que no podía seguir en el limbo.

Fue así como estando en uno de mis últimos empleos y gestionando a la vez un negocio de alimentos en el que me había metido por aquel entonces, decidí hacer un viaje. Aunque al principio no lo sabía, este viaje se convertiría en una oportunidad que me brindaría el tiempo, la paz mental y la tranquilidad emocional para poder pensar con calma sobre la siguiente fase de mi experiencia como emprendedor.

En la siguiente entrega contaré un poco sobre las diferentes ideas que se me fueron ocurriendo mientras viajaba por varias ciudades de Europa. A partir de estas ideas nacería la que transformaría de manera muy positiva mi vida y me llevaría hasta la creación de SERES FELICES.

¡Felicidad Auténtica al Máximo!

WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Telegram
Abrir chat
💬 En línea
Hola 👋

Bienvenid@ a SERES FELICES.

¿En qué podemos ayudarte?

Estás un paso más cerca de la Auténtica Felicidad.

No olvides preguntar por nuestros descuentos y promociones :-)