¿Para qué tomarse la molestia de escribir siete capítulos que narran algunas partes de mi vida y simplemente no hacerlo en una sola publicación que resuma todo?
Por la simple razón de que en la vida todo es progresivo. El logro se experimenta gradualmente.
Aunque no es lineal, la vida se va sucediendo de manera escalar. Aprendemos a caminar y después a correr. Leemos y después escribimos.
El éxito rara vez llega por azar o suerte. Aun cuando surge de la nada, es una oportunidad que aparece, pero que solamente puede aprovechar quien se ha estado preparando con dedicación y entusiasmo.
Si la misma oportunidad se le presentara a quien carece de la preparación y de un objetivo claro que determine el rumbo de su vida, esa persona difícilmente podría identificarla como una oportunidad.
No podría hacer nada concreto con ella porque la vería únicamente como un obstáculo. Su falta de preparación haría que la categorizara como un problema que está afectando -y no potenciando- su vida.
Por tal motivo es que he presentado esta parte de mi historia por segmentos para que puedas identificar las subidas y bajadas que hacen parte de la vida de cada ser humano.
De esta forma verás que la adversidad nos prepara para enfrentar los retos que nos permitirán crecer y avanzar en la vida.
Ahora bien, el tema principal que motivó toda este serie no es precisamente el éxito, sino la felicidad (aunque en últimas el uno y la otra sean esencialmente lo mismo).
Dentro de mi entendimiento, la felicidad es parte de la esencia que reposa en el corazón de cada ser humano. Es un estado de plenitud y armonía con el que nacemos, pero que se va desdibujando conforme nos hacemos adultos y nos contaminamos con las innumerables influencias exteriores.
Por eso es que, aunque yace dentro de nosotros, sintonizarnos nuevamente con ese profundo estado de bienestar emocional y espiritual, requiere compromiso y disciplina. Quienes siendo adultos anhelan verdaderamente gozar de su compañía, necesitan reactivarla para que se manifieste de nuevo.
Así, de regreso de mi viaje y dándole la bienvenida a un nuevo año, tomé la decisión de desplegar mi nuevo plan de vida. Inicié haciendo una lista de todas aquellas áreas en las que tenía un interés particular. De esa lista, seleccioné aquellas en las que más experiencia y conocimientos poseía hasta entonces.
Finalmente, revisé los elementos restantes e hice un último filtro en el que escogí aquellas actividades, saberes, conocimientos y disciplinas que se conjugaban con mis talentos y con lo que más llamaba mi atención. En otras palabras, había realizado un proceso de depuración en el que al final escogí lo más esencial de todo aquello que verdaderamente se relacionaba y más conectaba conmigo.
Tras este proceso de selección, tenía las herramientas con las que quería construir el fuerte bastión de mi propia felicidad. Anhelaba tanto tener una felicidad profunda, permanente y duradera, que me comprometí cien por cien con el estudio de la misma.
Fue así como entendí que si quería ser plenamente feliz, debería aprender lo que es y lo que no es la felicidad. De igual manera, debí desprenderme y dejar atrás muchas otras iniciativas y proyectos en los que me había embarcado, para enfocarme al máximo en SERES FELICES.
Con esto en mente es que durante los últimos años me he dedicado a desentrañar los pormenores de un tema caracterizado por la ambiguedad y la amplitud conceptual. Aunque a simple vista parece que mis saberes son amplios, la verdad es que representan apenas una gota en el vasto océano de la felicidad.
Me he adentrado por algunos de los resquicios de la felicidad, instruyéndome no sólo de fuentes científicas y académicas, sino también escuchando lo que tienen para decir quienes se denominan maestros, expertos y demás entusiastas en esta materia.
Recuerdo que al inicio me tracé un plan para visitar varias de las principales bibliotecas públicas y privadas de mi ciudad. Durante este particular tour no sólo me empecé a documentar sobre la felicidad, sino que también me permití explorar aquellos rincones que enriquecen el legado cultural y literario de mi ciudad.
Debo decir que fue un recorrido fascinante, que disfruté plenamente. Aprendí muchísimo gracias a las diferentes obras y títulos que reposan como tesoros en las estanterías de aquellas bibliotecas. El estudio de la felicidad y de cualquier otra materia que se emprenda con seriedad es una labor para toda la vida.
Precisamente el compromiso que se adquiere con determinada materia o propósito, nos recuerda que debemos tener una conexión muy fuerte con ese tema. De lo contrario, será difícil motivarnos en esos momentos en que la vida nos presente obstáculos o impedimentos.
Es fácil saber si estamos haciendo aquello que realmente nos apasiona cuando trabajando en ello, perdemos la noción del tiempo y cuatro horas pasan literalmente como si fueran quince minutos.
De esta forma, conforme fui adquiriendo más conocimientos y saberes, todo se fue aclarando más en mi mente. Tanto fue así que en el momento menos pensado se me ocurrió montar un taller que me permitiera enseñar todo lo que hasta entonces había aprendido. Quería enseñarles a los demás cómo ser más felices.
Enorme tarea considerando que la felicidad es responsabilidad plena de cada individuo. Nadie puede ser feliz por otra persona. La felicidad no es intercambiable y aunque se puede compartir, no es un producto ni un servicio que se pueda comprar.
También es una labor titánica si tenemos en cuenta el desconocimiento, la ignorancia y hasta el recelo que muchas personas tienen a la hora de hablar sobre lo que los hace felices.
Fue por lo tanto mediante una formación estructurada a partir de un taller de diez módulos que inicié mi travesía como entrenador, orientador y asesor en felicidad. Honestamente quería incluir muy ordenadamente en este taller, todas aquellas mejores prácticas, conocimientos y hábitos que a mí más me han ayudado a construir la mía.
Durante mi proceso de transformación, apliqué gran parte de todo lo que sabía, pero de manera desorganizada. Y es lógico haberlo hecho así, puesto que para entonces no tenía la claridad que se tiene cuando recorres el camino y luego te sientas a analizar mirando hacia atrás. De hecho, para mí SERES FELICES es la roca a la que me aferré cuando naufragué en las turbulentas aguas del mar de la desesperación y la incertidumbre.
Así pues, aunque la felicidad es un asunto muy personal, hay una serie de estrategias y buenas prácticas que se fundamentan en principios de carácter universal. Leyes que van en consonancia con nuestra naturaleza humana. Con nuestra condición de seres humanos. Leyes cuyos efectos impactan a cualquier persona por el mero hecho de ser humanos.
Asimismo, quería también que este taller no se limitara a decir qué o qué puede ser la felicidad, sino que se expandiera e impactara todas aquellas dimensiones que hacen parte real de nuestra realidad humana.
Un entrenamiento teórico y práctico, con aplicaciones contextuales que realmente zarandearan y abofetearan las conductas y comportamientos de quienes se deciden a realizarlo. De ahí que ocho de los diez módulos del taller se enfoquen en esas áreas vitales comunes a todos.
Con todo, querido lector, es así como he querido narrarte en esta entrega de siete capítulos, el resumen de la que ha sido hasta ahora la década más revolucionaria de mi vida. Sin lugar a dudas la década que presenció el Nacimiento de la Felicidad en un ser humano inconforme que lo tenía todo, pero carecía de un propósito y un sentido real de vida.
Una felicidad auténtica y duradera que todos los días me acompaña y crece conforme mi conciencia se expande y alcanza nuevos niveles de realización y evolución. Una felicidad que disfruto cada que guío y aprendo de las valiosísimas experiencias que mis alumnos me brindan.
Experiencias maravillosas y enriquecedoras que me enseñan y me preparan para ser cada día un mejor entrenador. Un asesor que más que instruir, inspira a sus estudiantes para que se conecten con su felicidad interior y se protejan contra los propios comportamientos dañinos que inconscientemente les perjudican y les roban su paz mental.
¡Felicidad Auténtica al Máximo!