Nunca serás feliz hasta que experimentes la dicha de ser tú mismo. De comportarte como realmente eres. Si no te permites conocer tu verdadera esencia, será muy difícil que seas plenamente feliz. Si no empiezas por conocerte a ti mismo, también será muy difícil que llegues a conocer la mejor versión de ti mismo.
La felicidad es el objetivo primordial del ser humano. Negar este hecho es una tarea tan vana como la que se emprende cuando se trata de refutar un principio o ley de magnitud universal.
Muchas personas se niegan a aceptar esta gran realidad y, en cambio, se enfocan en las circunstancias actuales que vuelven sus vidas miserables. Desconocen que dentro de su más íntimo ser se halla la manifestación de una felicidad superior, auténtica y duradera. Una felicidad que se alimenta de una fuente inagotable de armonía y serenidad mental y espiritual. Una felicidad que va más allá de la satisfacción y el buen humor.
Niegan que puedan ser merecedores de más bienestar, en parte porque se han acostumbrado a vivir en la mediocridad y en una pobreza que lejos de ser material, es mental.
La verdad es que vinimos a ser felices a pesar de las circunstancias y de las adversidades que a todos nos toca enfrentar en la vida.
De hecho, la mayor parte de todo lo que a simple vista identificamos como negativo, es en realidad una oportunidad para crecer y expandir nuestra conciencia. Con la conciencia despierta es mucho más fácil entender que los problemas y las dificultades son retos que debemos enfrentar para progresar. Desafíos que nos permiten aprender para seguir progresando con más inteligencia y sabiduría.
Nunca serás feliz si no despiertas y expandes la capacidad ilimitada de tu conciencia. Aunque leas muchos libros, asistas a seminarios, charlas y conferencias, converses con sabios y dialogues con eruditos en la materia, no podrás ser feliz si no activas el poder infinito que a todos nos brinda la conciencia.
La conciencia es un poder tan amplio que nos permite ser conscientes de que somos conscientes. Es una facultad que nos distingue de los animales y de otros seres vivos. Nos permite cultivar la sabiduría y nos brinda el discernimiento suficiente para saber qué es lo correcto y lo que más nos conviene en la vida.
Un ser consciente de la importancia de despertar su conciencia para perseguir sosegadamente la felicidad, es un ser que crece segundo a segundo, minuto a minuto. Su capacidad expansiva es tan sorprendente que continuamente se reinventa y se adapta.
No es una persona perfecta, pero se esfuerza, tranquila y no obcecadamente, en alcanzar la excelencia en las diferentes dimensiones que componen su existencia.
Cuando comete un error o cae en lo que los demás llamarían un fracaso, rectifica sin recriminarse cruelmente por ello. En cambio, se trata a sí mismo con compasión y agradece por una lección más que le permite seguir evolucionando.
Lamentablemente, son muchos los seres que deambulan dormidos y pasan por la vida sin ni siquiera saber qué es la conciencia. Contrario a lo que muchos detractores de la felicidad arguyen sobre la supuesta «felicidad» que poseen quienes simplemente viven sin preocuparse por nada, la verdad es que este tipo de individuos también sufren y se pasan la vida sin entender la razón de sus infortunios y pesares.
Llevan vidas limitadas que los alejan de toda la abundancia y la prosperidad que experimentan quienes viven en un estado de felicidad auténtica. Tristemente, son muchos los factores y los obstáculos que se interponen en el camino de quien desea ser feliz. Sin embargo, reconocer dichos factores será el tema de otra discusión.
Nunca serás feliz si no comprendes la diferencia entre placer y felicidad auténtica. Nunca serás feliz si no te tomas la molestia de investigar y aprender aunque sea un poco más sobre lo que significa ser realmente feliz. Si te pasas la vida sin entender aunque sea el concepto básico de felicidad, estarás condenado a basar tu felicidad de acuerdo a un cúmulo de influencias que gobiernan la vida de quienes están sujetos al sistema.
Y estar sujeto al sistema significa no ser responsablemente libre; es no pensar y mucho menos actuar por uno mismo. Significa que no se goza de la autonomía de ser un individuo libre que no está sujeto más que al compromiso de hacer bien a la humanidad y responder de manera ética por su conducta. Por sus propios actos. Un individuo responsable con él y con sus semejantes.
La autonomía, es decir, el sentido de que somos dueños y responsables de nuestra propia vida es una de las fuentes indiscutibles de la felicidad. Quienes dicen lo contrario es porque siempre han estado sujetos a un sistema que de momento les da respuestas y soluciones a sus necesidades. Es decir, están conformes con el esquema de que alguien o algo más les diga qué hacer y cómo lo deben hacer.
Sin embargo, es claro que no han experimentado la dicha de conducir y liderar sus propias vidas. No han sentido la inmensa alegría que surge cuando se lleva una vida con propósito; una vida llena de significado. No han vivido a plenitud motivados por un propósito digno de su propia existencia que los aliente a mejorar día tras día. Si así fuera, seríamos mucho más los seres felices.
Por eso, nunca serás auténticamente feliz a menos que te esfuerces por entender conscientemente lo que es la verdadera felicidad. Por lo tanto, a menos que asignes tiempo para estudiar de manera seria y profunda los principios que desde siempre han regido la felicidad auténtica, seguirás conduciéndote bajo la ilusión de sentir que llevas una vida significativa tan sólo porque puedes comprar lo que quieras y consumir cuanta cosa te venden.
Es hora de despertar de esa ilusión y comprometerte con la profunda dicha que brinda el compromiso de llevar una vida feliz y plena. De hecho, cuando eres feliz, es decir, cuando comienzas a trabajar en tu propia realización como ser humano, empiezas a caminar por los senderos del éxito genuino.
También comienzas a vivir bajo la actitud del agradecimiento perpetuo, la cual te brinda la capacidad de disfrutar de todo, en todo momento y sin necesitar nada más que tu propia conciencia.