Hay siete tipos de personas que roban tu felicidad.
Se trata de siete personalidades que sería mejor evitar si queremos llevar una vida feliz y plena.
Estas personas perjudican nuestro bienestar, al incomodarnos y robarnos la tranquilidad.
Son personas que en vez de aportar, restan y afectan negativamente la vida de los demás.
Roban nuestra energía y nos desmotivan a tal punto que uno puede terminar convenciéndose de que no es posible ser feliz.
Cualquiera que tenga conciencia de sus relaciones personales, sabe que existen personas «complicadas».
Se trata de gente con la que es difícil relacionarse y con la que es muy fácil sentirse mal e incómodo.
Al interactuar con ellas, nos afectan y nos «descargan», robándonos nuestra energía.
A su lado, experimentamos desmotivación, tensión, preocupación y ansiedad.
Mantenernos alejados de este tipo de personas, es la mejor alternativa para preservar nuestra paz y tranquilidad.
Sin embargo, no siempre es fácil evitar relacionarse con estos siete tipos de personas que roban tu felicidad.
Sobre todo si son nuestros familiares, amigos o colegas quienes exhiben estos rasgos de «personalidad tóxica».
A continuación veremos cuáles son esos siete tipos de personas que roban tu felicidad.
Estúdialos y date cuenta si en la actualidad te relacionas cercanamente con alguna de ellas.
Siete Tipos de Personas que Roban tu Felicidad
1. Los pesimistas
Las personas pesimistas son expertas en encontrar problemas incluso donde no los hay.
Son personas que ven la oscuridad aun cuando están en plena luz.
Los pesimistas parecen haber sido entrenados para detectar tragedias, problemas y desastres hasta en los aspectos más triviales de su vida.
Lo peor de todo es que no se guardan su negatividad, sino que la esparcen a las demás personas con las que se relacionan.
No sólo se privan ellas mismas de ser agradecidas y ver el lado positivo de las cosas, sino que también transmiten su pesimismo a su círculo de contactos más cercano.
Las personas pesimistas roban tu felicidad porque, como si de un virus se tratara, contagian rápidamente a quienes como tú, son optimistas y entusiastas.
Mientras que alguien intenta tomarse con calma una situación molesta, el pesimista agrava y magnifica el evento, haciendo que algo trivial se convierta en una completa tragedia.
En otras palabras, el pesimista se ahoga en un vaso con agua y cuando se equivoca en algo, piensa que nunca más podrá sobreponerse a ese suceso.
Ven los errores como un fracaso total y olvidan que el verdadero fracaso es no sobreponerse al problema y no volverlo a intentar una vez más.
Evita rodearte de personas pesimistas y desatiende cualquier consejo o sugerencia que te puedan dar.
Ten cuidado pues este tipo de personas brindan consejos aun sin que se los pidan.
2. Los críticos destructivos
La crítica puede ser una herramienta positiva si se la maneja con discernimiento, templanza y sabiduría.
No obstante, la crítica, como cualquier otra herramienta, puede resultar fatal en manos de la persona equivocada.
Es ahí donde las personas que abusan de la crítica, se convierten en críticos destructivos.
En destructores de sueños que van acabando con las ilusiones y proyectos de quienes carecen de criterio propio y no tienen un carácter fuerte para protegerse.
Los críticos destructivos roban tu felicidad porque, de manera similar a los pesimistas, suelen ser negativos y expresan de manera desconsiderada lo que piensan sobre una persona o cosa.
Aunque se las podría catalogar de francas y sensatas, la verdad es que los críticos destructivos carecen de tacto y respeto al momento de expresar sus comentarios.
La persona sensata te dirá la verdad y no lo que quieras escuchar, pero con respeto y buenas intenciones.
La que utiliza la crítica destructiva, volverá añicos tus sueños si no te proteges, evitando cualquier discusión con ella.
3. Los envidiosos
Es imposible ser envidioso y feliz al mismo tiempo.
No hay nada de malo en sentir anhelos de lograr u obtener lo que otros ya tienen. Sea algo material o interior.
Sin embargo, cuando lo que se anhela te hace desear mal a la otra persona, en vez de admirar sus logros y conquistas, estás dejando que la envidia afecte tu felicidad.
Las personas envidiosas roban tu felicidad porque pueden engañarte, haciendo parecer que son tus amigas, cuando en realidad desean tu ruina.
Ningún ser humano está exento de sentir envidia, el problema es cuando no podemos controlarla y dejamos que nos domine.
Cuando esto ocurre, tanto nosotros como los demás, nos alejamos inmediatamente de nuestra zona de felicidad auténtica.
Protégete contra los envidiosos, evitando contarles tus más grandes sueños y anhelos.
Si se trata de personas muy cercanas, simplemente sigue adelante y no permitas que sus malas influencias te impidan seguir triunfando.
4. Los controladores
Este tipo de personas, pueden llegar al punto de convertirse en manipuladoras.
Solamente estarán conformes y satisfechas mientras que tú actúes como ellas quieren que actúes.
Por eso cuando se las cuestiona o cuando no estamos de acuerdo con algo, se mostrarán críticas y mordaces.
Te pueden llevar a un punto en el que te pueden hacer sentir mal por algo por lo que en realidad no deberías ni molestarte.
Los controladores roban tu felicidad por la simple, pero fundamental razón, de que quieren controlar todas tus decisiones.
Para escapar de las personas controladoras, es necesario que tengamos muy claras nuestras prioridades y que tengamos la valentía de decirles no, aún cuando ello las contraríe.
La mejor manera de zafarse de este tipo de personas es tener el coraje de ser nosotros mismos.
Identificar cuándo una persona nos aconseja, y cuándo nos manipula, será clave para evitar caer en las redes de estos marionetistas.
5. Los prepotentes y egocéntricos.
Una cosa es autoconfianza y otra muy diferente arrogancia y prepotencia.
Este tipo de personas se pueden mostrar muy corteses y educadas.
Sin embargo, dentro de muchas de ellas se esconde un nivel de prepotencia bastante dañino.
Las personas prepotentes y egocéntricas roban tu felicidad porque si te descuidas, te pueden llevar a una zona de competencia feroz donde nunca mucho es suficiente.
Estas personas sufren profundamente porque no son capaces de admirar ni de agradecer las cosas más esenciales de la vida.
Necesitan siempre de muchas cosas para sentir que valen.
Dejarse arrastrar hacia este abismo es muy peligroso para nuestra felicidad y bienestar.
Quienes son arrogantes y están a merced de su ego, pueden ser personas muy inteligentes y exitosas, pero infelices.
Y nada peor que ser exitoso y haber cosechado triunfos, y aun así sentirse infeliz.
Utilicemos la mejor defensa que sigue existiendo contra la prepotencia y la arrogancia: la humildad.
Cuando practicamos la verdadera humildad, es decir, la verdadera grandeza, somos más grandes que la persona más egocéntrica del planeta.
Sé humilde y mira con fascinación cómo los prepotentes y egocéntricos se alejan de ti inmediatamente.
6. Los quejumbrosos
De manera similar a los pesimistas, los quejumbrosos son personas tóxicas de las que debemos cuidarnos.
Aunque parezcan más inofensivos y débiles que los pesimistas, las personas quejumbrosas pueden arruinar la iniciativa y el entusiasmo de quienes les rodean.
Estas personas roban tu felicidad porque mediante su retahíla de quejas y pesares, contagiarán tu mente para que veas todo desde la tristeza y la escasez.
La felicidad es abundancia y plenitud. Es riqueza y prosperidad.
Y cuando te quejas o tienes al lado a una persona que se queja, la felicidad se aleja de ti.
Combate la queja con agradecimiento y optimismo.
Cuando tengas ante ti a un quejumbroso, sin vacilar responde a sus quejas con generosos ataques de gratitud y optimismo.
7. Los volubles
Las personas volubles carecen de carácter.
No tienen criterio propio y «se venden al mejor postor».
Nada peor que una persona «tibia» incapaz de tomar sus propias decisiones.
Relacionarse con una persona voluble roba tu felicidad debido a la indecisión y a la inestabilidad de su comportamiento.
Es muy complejo tener estabilidad emocional con una persona que puede exhibir distintos comportamientos en un corto periodo de tiempo.
Además, la volubilidad es sinónimo de mediocridad.
Por eso las personas volubles son tóxicas y pueden alterar notablemente la paz y la estabilidad de sus semejantes más cercanos.
Aléjate de las personas volubles y sigue tu camino con decisión, firmeza y voluntad.
No permitas que su indecisión y su carácter variable afecte tu determinación de ser auténticamente feliz.
Para Finalizar…
«El que es feliz hará felices también a los demás», dijo la sabia y célebre Ana Frank.
Lo contrario también aplica.
Por eso, es importante saber que ninguno de estos siete tipos de personas que roban tu felicidad, son personas felices.
Quien es verdaderamente feliz, no podría afectar la felicidad ajena.
Al contrario, las personas auténticamente felices son portadores de felicidad. Contagian de felicidad a sus semejantes.
Es por eso que los siete tipos de personas que vimos en este artículo, pueden afectar la felicidad de los demás.
Al no ser ellos felices, se esfuerzan de manera errónea en impedir que los demás también lo sean.
Aunque se trate de familiares o amigos muy cercanos, es fundamental considerar hasta qué punto tolerar sus comportamientos es realmente indispensable.
Si definitivamente es difícil evitar el contacto con estos siete tipos de personas que roban tu felicidad, te recomiendo que enfrentes la situación, conversando con la persona y estableciendo límites estrictos a ese tipo de relaciones.
Con todo, las relaciones sociales son parte de nuestra naturaleza humana.
Hasta el más introvertido o ermitaño, necesitará relacionarse tarde o temprano.
Más aun si queremos ser felices y socialmente sanos.
La misma ciencia de la felicidad ha sido enfática en afirmar que las relaciones sociales sanas y enriquecedoras, son un componente clave hacia una vida feliz y plena.
Y aunque sabemos que nuestra felicidad interior no puede ni debe depender de nada ni de nadie, también es verdad que somos gregarios, somos seres sociales.
Dependemos de la creación de vínculos y de la conexión con los demás para crecer, ser reconocidos y encontrar nuestro lugar en el mundo.
Como esta es una necesidad, huir y recluirnos en un monasterio no será lo más sano para nuestra salud mental y emocional.
Sin embargo, al igual que podemos elegir qué comer, también podemos elegir -la mayoría de las veces- con quien relacionarnos y a quién dedicarle nuestro recurso más valioso: el tiempo.
Por último, conviene analizar si somos nosotros quienes estamos robando la felicidad de los demás.
Revisar si somos controladores, envidiosos o pesimistas, entre otros aspectos, es un buen punto de partida para reconocer nuestro error.
Tras reconocerlo, bien haríamos en trabajar sobre un plan efectivo que nos permita cambiar progresivamente.
La recompensa bien valdrá la pena, pues cuando dejamos de ser ladrones de la felicidad ajena, nos convertimos en seres más felices que llevan armonía y felicidad a donde van.
¿Sabes de algún otro tipo de persona que te robe tu paz y tu felicidad?
¿Convives en la actualidad con alguno de estos siete tipos de personas dentro de tu círculo más cercano?
Déjame tus comentarios.