Existen diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad.
Algunos dependen de nosotros, mientras que otros se deben a circunstancias o razones exteriores que no podemos controlar.
Algunos de estos hechos pueden resultar sorprendentes bien porque no teníamos idea de su relación con la felicidad, o bien porque siendo muy lógicos, quizás nunca los habíamos hecho conscientes.
Cabe aclarar que al igual que muchos otros factores, los siguientes hechos contribuyen con nuestra felicidad auténtica más no la representan.
Esto quiere decir que conocerlos, nos va a permitir aplicarlos para sentirnos mejor, experimentar más alegría, mejorar nuestro estado de ánimo y ser conscientes de sus efectos.
Sin embargo, ello no reemplazará en ningún momento la decisión autónoma que todos potencialmente podemos tomar para ser auténticamente felices.
Revisemos por lo pronto cuáles son esos diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad.
Diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad
1. Hay una temperatura ideal para ser más felices
Sí. Así como lo lees. Según los científicos, cuando estamos en un ambiente que no es ni muy frío ni muy caliente, nos sentimos más cómodos y a gusto.
Esto parece obvio, pero en ocasiones simplemente no lo hacemos consciente.
En un estudio llevado a cabo durante siete años y en el que se analizaron millones de mensajes publicados en Facebook y Twitter, los investigadores a cargo del estudio afirmaron que la temperatura es un factor determinante en nuestro estado de ánimo.
Si estás leyendo esto, significa que tienes acceso a internet y por lo menos un dispositivo móvil desde el cual leer este artículo.
Si posees lo anterior, es muy seguro que también estés vestido y no estés pasando frío ni tengas problemas a causa de no tener ropa.
Por simple que nos parezca hoy, debemos recordar que una de las necesidades más básicas del ser humano, consiste en procurarse la protección necesaria para resguardarse del clima.
Hoy también muchas personas en el mundo siguen padeciendo debido a no tener la ropa adecuada y, a pesar de todo, esto ya no es una cuestión de vida o muerte como lo era cuando debíamos cazar para tener una piel de animal con la cual cubrirnos.
De no tenerla, las probabilidades de morir eran enormes.
Según los investigadores, «la temperatura de la felicidad«corresponde a los veinticinco grados celsius.
Una temperatura que no sobrepasa los treinta grados ni cae por debajo de los veinte.
Sin embargo, la llamada «temperatura de la felicidad» no es un dato absoluto.
Otras personas podrían tener otros patrones de temperatura dentro de los que se sintieran más a gusto.
Lo que sí es cierto es que cuando no tenemos ni mucho frío ni mucho calor, es decir, no gastaremos tiempo ni recursos tratando de abrigarnos ni de pensar en cómo lidiar con el calor.
2. Las personas creyentes suelen ser más felices que las ateas
Según los estudios que respaldan esta tesis, hay dos razones principales por las que las personas que han abrazado alguna fe o se consideran espirituales, son más felices.
En primer lugar, parece ser que acudir a la iglesia o al lugar de culto, nos permite socializar y ver a otras personas con las que compartimos una creencia en común.
Y socializar y estar de acuerdo en algo con los demás, es un factor determinante que favorece la empatía.
Y sí, la empatía, es una gran aliada de la felicidad porque nos ayuda a establecer conexiones a partir de las relaciones con otros.
En segundo lugar, las personas que creen en algo más allá de lo evidente y que no necesitan «ver para creer», poseen una facultad que les permite sortear y reducir los efectos negativos ante un suceso desafortunado.
Cuando transitan por caminos oscuros donde ni se ve la luz al final del túnel, ellas encienden su propia luz a partir de la tranquilidad y el alivio que les proporciona su fe.
De ahí que la fe sea una herramienta supremamente útil para enfrentar la adversidad.
Independientemente de cuál sea tu fe y en qué la deposites, tendrás más probabilidades de reponerte y recuperar tu paz, cuando crees en algo superior a ti, aunque no lo comprendas ni lo entiendas de manera científica.
Esto se expande a la auténtica felicidad, la cual es una decisión interior que sólo tú puedes tomar y posteriormente practicar con disciplina y consistencia.
De hecho, creo que es muy difícil definir y saber por completo lo que la felicidad auténtica significa.
Sin embargo, podemos creer y comprometernos seriamente con ella aunque nunca antes lo hubiéramos hecho.
También puede servirte observar los grandes efectos que tiene sobre quienes tenemos la dicha de proclamar que somos seres felices.
3. Las redes sociales pueden afectar nuestra felicidad
Estos medios de interacción social socavan nuestros niveles de felicidad mediante tres aspectos importantes que bien vale la pena considerar.
En primer lugar, las redes sociales nos convierten en personas menos productivas.
Cuando las personas inician sesión en cualquiera de estos medios, fácilmente pueden pasar minutos y minutos en una distracción inconsciente y divertida que se aprovecha de nuestra adicción inconsciente por la dopamina.
Se sumergen en un sin fin de contenidos e información hueca que la mayoría de las veces no contribuye en nada con la realización de sus metas y les drenan su tiempo.
De esta manera las personas malgastan su tiempo en cosas que las alejan de sus prioridades.
Más aún, si la mayor parte de la información que se consume en estos medios corresponde a noticias falsas o sensacionalistas, nos veremos también afectados por las emociones negativas que tales contenidos podrían suscitar en nuestro estado de ánimo.
No tengo nada contra estos medios de interacción virtual.
De hecho, utilizadas moderadamente o con fines profesionales, las redes sociales son herramientas grandiosas para lograr nuestros objetivos.
También pueden servir para entretenernos sanamente a través de contenidos útiles que aporten información de calidad.
No obstante, se requiere de mucha conciencia y de un gran sentido de concentración para volver a enfocarse pronto en nuestras actividades prioritarias, cuando por cualquier razón hacemos uso de ellas.
En segundo lugar, y esto me resulta «graciosamente paradójico», las redes sociales nos distancian de las personas.
Aunque aparentemente nos acercan a través de la interacción de contenidos y publicaciones que nuestros contactos comparten, reducen los encuentros personales.
Es decir, los encuentros físicos en los que se desarrolla una conversación cara a cara con otra persona.
Es verdad que estas son épocas difíciles en lo que se refiere a la socialización presencial.
Sin embargo, la misma coyuntura que estamos atravesando con la pandemia del covid-19, nos ha demostrado a todos la importancia de la presencialidad y de la socialización para nuestro bienestar psicológico.
Aunque muchos estudios científicos se han dedicado a confirmar la importancia de las relaciones sociales en nuestra felicidad, no hace falta indagar ningún estudio para saber que las conexiones con los demás nos hacen más felices.
Al margen de este fenómeno, las redes sociales pueden destruir los vínculos sociales con las personas que ya los teníamos y evitar los que podríamos construir con otras.
En tercer y último lugar, las redes sociales nos inclinan a compararnos dañinamente con los demás.
Al revisar los perfiles de otras personas, es inevitable que como seres humanos no nos comparemos con los otros.
En este sentido, muchos estudios se han dedicado a analizar los efectos psicológicos que revisar las publicaciones ajenas tiene para nuestro bienestar.
Cuando otra persona anuncia que está de vacaciones o que compró una casa nueva o acaba de establecer una nueva relación sentimental, casi que instantáneamente se activan en nosotros esos circuitos cerebrales que nos llevan a la comparación con los demás.
El problema de hacer estas comparaciones es que las hacemos de manera inconsciente.
Y cuando no somos conscientes de ello, terminamos sintiéndonos mal si lo que vemos en otros, es justo lo que también anhelamos, pero que en el momento no poseemos.
De ahí la importancia de saber utilizar a nuestro provecho las redes sociales, para no vernos afectados por todos esos factores que reducen nuestro bienestar.
Es por todo lo anterior, que el uso de las redes sociales hace parte de esos diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad.
4. Hay alimentos aliados de la felicidad
Puede que este dato ya no te sorprenda si leíste Siete Alimentos que Potencian la Felicidad, o si de antemano sabías que algunas comidas contribuyen con nuestro buen humor y estado de ánimo.
Lo cierto es que así como hay alimentos que nos hacen sentir cansados, con pereza y con el ánimo por el piso, hay otros que nos brindan bienestar y alegría.
Y no es que por comer uno u otro alimento vayamos a ser absolutamente más felices.
Lo que sucede es que cuando somos conscientes de los efectos positivos de la comida en nuestro bienestar, podremos optar de manera voluntaria por comidas más saludables que nos ayuden a levantar el ánimo.
La clave es consumir más de aquellos alimentos que contribuyen con nuestra salud, mientras utilizamos aquellos otros que, pudiendo no ser del todo saludables, nos dan una recarga extra de ánimo y buen humor.
5. La luz tiene un impacto positivo en la felicidad
Tanto la luz del sol como la luz artificial pueden hacernos sentir mejor.
En el primer caso, además de la salud, es también recomendable exponerse al sol aunque sea por unos pocos minutos.
Entre los efectos más conocidos para la salud está la absorción de la vitamina D.
La luz del sol también incrementa nuestro buen humor, nos recarga de energía y mejora nuestro estado de ánimo.
En el caso de la luz artificial, al menos un par de estudios han encontrado una correlación entre el desánimo y el nivel de iluminación de una habitación.
Lo que los investigadores sugieren para mejorar el estado de ánimo es encender las luces en el recinto donde estemos, de manera que esa habitación deje de estar en penumbra.
Se desconoce con plena certeza si a nivel visual, es decir, en lo que se refiere al sentido de la vista, tanto la luz del sol como la artificial, también generen algún impacto positivo en el cerebro que nos predisponga a sentirnos mejor.
Sin embargo, cada uno de nosotros es lo suficientemente sagaz como para saber en qué ocasiones está de mejor humor: en días de cielos grises y nublados o durante días soleados de cielo azul.
6. Las personas felices disfrutan de conversaciones más profundas y filosóficas
Según lo han confirmado algunos investigadores, las personas felices se embarcan en conversaciones con temas y planteamientos que estimulan y utilizan su intelecto.
Esto les permite aprender y repasar sus conocimientos a la vez que participan y aportan al tema con sus interlocutores.
Cuando participamos y nos sentimos útiles, también nos sentimos más satisfechos y entendemos que somos importantes en tanto que otros escuchan nuestra opinión y nos reconocen.
Cabe aclarar que este tipo de conversaciones pueden aflorar el ego y la superioridad de algunas personas.
Cuando se opina y se conversa tan sólo para impresionar, el bienestar que se experimenta es más pasajero que el que se siente cuando lo hacemos por el simple placer de conversar y dar -sin imponer- nuestro punto de vista.
7. La felicidad se acrecienta a medida que envejecemos
Se desconoce con plena certeza por qué, pero parece ser que a medida que envejecemos, algunas personas pueden ser más felices gracias a la experiencia que les da la vida.
En un estudio realizado por la universidad de Alberta a lo largo de veinticinco años, los investigadores hallaron que a medida que los sujetos del estudio envejecían, experimentaban una mejor calidad de vida y más bienestar.
Las razones para envejecer y ser más felices pueden ir desde obtener una mejor calidad de vida a causa de mejores ingresos hasta disfrutar de la crianza y la creación de una familia, entre otros.
Como sea, lo que se espera es que a medida que nos hagamos mayores, dediquemos más tiempo a crecer en lo personal para expandir nuestra conciencia y fortalecer la relación que tenemos con nosotros mismos.
Este factor hace parte de los diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad porque nos brinda esperanza y nos alienta a seguir cultivando el fascinante hábito de ser más felices.
8. Las personas más felices controlan su destino
Aunque ser responsables de las propias decisiones pueda parecer agobiante para algunas personas, la verdad es que tomar control de nuestro propio destino es uno de los secretos de las personas auténticamente felices.
Cuando somos conscientes de que nuestro destino depende de nuestras decisiones y la mayor parte de nuestras decisiones dependen de nosotros, nuestra forma de relacionarnos con la vida cambia de manera significativa.
Al respecto, es claro que hay sucesos que escapan de nuestra influencia y cuya ocurrencia no depende de nosotros.
Es por eso que los seres felices se concentran en aquellas cosas que sí pueden cambiar y por ende, transformar.
Por el contrario, la mayoría de personas, viven atrapadas intentando cambiar y modificar en vano cosas que no dependen de ellas y que están por fuera de su área de influencia.
A propósito, ser feliz es una gran decisión mediante la cual podemos controlar nuestro destino, eligiendo todo aquello que nos conduzca a despertar y expandir nuestra conciencia para transformar completamente nuestra vida.
9. Las llamadas por teléfono son mejores para la felicidad que los chats
Las llamadas por teléfono o, mejor aún, las videollamadas, generan un efecto de mayor cercanía entre las personas.
Lo anterior se explica por la necesidad humana que tenemos de establecer vínculos y conexiones emocionales con las demás personas.
Aunque la mejor opción siempre serán las reuniones cara a cara, cuando no sea posible (en especial en esta época de pandemia) es mejor llamar que enviar un chat.
Aunque los chats corresponden a sistemas de mensajería instantánea como Whatsapp y otros similares, es mucho más complicado generar vínculos fuertes por estos medios.
Y a menos que seas un talentoso escritor o seas un genio despertando emociones con cada línea que escribres, no lograrás crear esa sensación de conexión emocional en la otra persona.
Más aún, el lenguaje escrito que se utiliza por chat, puede no ser la mejor opción cuando de productividad y rendimiento se trata.
Por eso, mejor deja el chat por un instante y llama directamente a la otra persona.
10. Los países más felices también experimentan tasas más altas de suicidio
Desafortunadamente, los países más felices del mundo, también padecen algunas de las más altas tasas de suicidios.
Aunque el Informe Mundial de la Felicidad de la ONU reconoce desde hace varios años a los países nórdicos como los lugares más felices del mundo, la realidad es otra.
No cabe duda de que Noruega, Dinamarca, Finlandia y Suecia son naciones ultra desarrolladas, donde prevalece el tan anhelado estado de bienestar.
Sin embargo, a pesar de todas los beneficios y de las condiciones que sus gobiernos les garantizan a sus ciudadanos, el descontento, la desdicha, la desesperación y la desesperanza, también parecen invadir la psique de quienes allí residen.
Parte de la cuestión que entraña este fenómeno se trató en Cinco Enseñanzas del País más Feliz del Mundo.
Allí, vimos cómo el Informe Mundial de la Felicidad de la ONU considera aspectos objetivos tales como el ingreso, la seguridad, la tasa de alfabetización, entre otras variables.
Sin embargo, deja de lado otros aspectos más subjetivos como el humor, la fe en algo superior o la resiliencia (la capacidad de sobreponerse a la adversidad).
Este tipo de informes se han quedado cortos al considerar aquellas dimensiones que incluyen el llamado bienestar subjetivo.
Y es que el bienestar subjetivo considera esos otros aspectos más personales y subjetivos que explican la felicidad individual.
En este sentido, la felicidad individual no es otra cosa que la felicidad auténtica.
Esto es así porque si bien la felicidad auténtica se compone de principios universales y leyes naturales, su construcción es autónoma e individual.
Es decir, cada individuo utilizará los mismos principios (medio y herramienta), para construir una felicidad personal que es única y diferente a la de los demás.
Para finalizar…
Hemos visto diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad.
Si ya conocías alguno por favor déjame tus comentarios.
Si conoces algún otro dato que consideres curioso o que quieras compartir con nuestra comunidad de SERES FELICES, agradecemos tus comentarios.
De momento, espero que al conocer estos diez datos curiosos que quizás no sabías sobre la felicidad, sigas expandiendo tus conocimientos en felicidad.
También confío en que puedas identificar aquellos datos que en realidad son consejos y recomendaciones para que puedas seguir siendo más feliz y pleno.